miércoles, 23 de julio de 2014

Dónde estará tu matrimonio dentro de 5 años?



Algunos encargados de reclutar personas para diferentes puestos de trabajo, han utilizado una pregunta similar: ¿Qué se ve haciendo dentro de cinco años? Esta clase de pregunta abierta no tiene una respuesta simple, por lo general, el entrevistador espera que el entrevistado revele un poco de su perspectiva de vida… Entonces, que viene a su mente si a partir de ahora usted intenta imaginar ¿Cómo estará su matrimonio dentro de cinco años? ¿Cuáles podrían ser sus respuestas a esta pregunta? ¿Cuál es la primera respuesta que viene a su mente?
  • Un matrimonio creyente podría responder, que según se ve el entorno, pareciera que la venida del Señor está más cerca y probablemente ya habremos experimentado el Rapto y estemos en las Bodas del Cordero.
  • Otro matrimonio podría imaginarse criando hijos -si aun no los tiene- o imaginando los logros
    educacionales o profesionales de sus hijos.
  • Un matrimonio menos joven podría pensar que estarán relajados y disfrutando de su retiro o debido a los achaques propios de la edad, pensando que quizá uno o ambos cónyuges vayan a la presencia del Señor.
  • Un matrimonio con dificultades podría decir: “Cinco Años es mucho tiempo, creo que mi matrimonio no llegará a fin de año”.

NUESTRO MATRIMONIO EN EL PRESENTE

Debido a que el matrimonio fue establecido por Dios y ha estado en sus planes para bendecir a la familia, siempre ha sido objeto de los ataques del que se opone a los planes de Dios. Si bien es cierto que los principios con que Dios estableció el matrimonio han sido violentados por los hombres a través de la historia, parece que hoy en día vivimos tiempos aún más peligrosos. Los valores establecidos en la Palabra están siendo tergiversados, llamando a lo malo bueno y a lo bueno malo, viendo el matrimonio no como algo sagrado sino como un simple arreglo que fácilmente puede ser desechado o viendo al divorcio como una solución práctica a los problemas matrimoniales. Hoy en día parece que esos problemas no solo aumentan en número sino en intensidad: los casos de infidelidad, pleitos por la manera de corregir y educar a los hijos, fallas en la comunicación de la pareja, los problemas económicos o de la administración del dinero, la falta de independencia de los suegros, la falta de reconocer, aceptar y respetar las diferencias entre hombres y mujeres, la violencia intrafamiliar, incompatibilidad de carácter (!), de sexualidad, de preferencias, etc.

Estos problemas se suponen más frecuentes en las parejas que no conocen a Cristo. Pero, ¿estarán las parejas cristianas ajenas a estos problemas conyugales? Probablemente su respuesta será que no. ¿Tendrán alguna ventaja versus las no cristianas?

LA PRESENCIA DE DIOS EN UN HOGAR HACE LA GRAN DIFERENCIA.

Una casa construida con sensatez sobre la Palabra de Dios no cae, pero una construida insensatamente sobre otro fundamento fácilmente caerá (Mateo 7: 24-25). Si realmente Dios forma parte de su matrimonio, de su familia, estarán siempre en buenas manos: ¡En las poderosas manos de Dios! (Salmo 91)

Pero ¿realmente Ud. cree en todas las promesas de Dios en su Palabra? ¿De quién depende su futuro, en quién ha puesto su confianza? ¿Alcanza el tamaño de su fe para creerle y vivir sin apartarse de sus consejos? ¿Comprende la obra de Dios en sus vidas? (Eclesiastés 3: 11)

Oh! Si pudiéramos distinguir el tamaño de su Amor. ! Si pudiéramos entender de una vez que todo lo que Él quiere es nuestra bendición! A propósito: ¿Qué promesa en su Palabra traerá desventura a su vida? ¿Qué cosas que su Palabra prohíba le traerán bienestar a su vida?. Necesitamos una presencia fresca de su Espíritu para conocer su verdad y levantarnos en el poder de Dios para defender nuestro hogar y ser luz en medio de las tinieblas.

¡NUESTROS MATRIMONIOS NECESITAN UN AVIVAMIENTO!

El principal ingrediente para sostener un buen matrimonio es el AMOR (Ágape), el que proviene de Dios. El matrimonio es la unión de dos personas imperfectas que se aman de una forma imperfecta, pero que con la ayuda de Dios pueden: perdonarse, cambiar y madurar. Con el propósito de tener un buen matrimonio.Debemos orar el uno por el otro. Tenemos que revalorar constantemente nuestras relaciones. El andar con el Dios Todopoderoso que nos salvo tiene que ser constante. La oración produce una perspectiva renovada, un poder en aumento en su relación y una pasión en aumento por nuestro Señor, por el uno y por el otro.

Debemos anhelar la presencia de Dios en nuestro matrimonio, la presencia del Espíritu Santo en nuestro hogar irá generando el Fruto del Espíritu. ¿Puede imaginar lo que sucede entre los cónyuges que pasan juntos negándose a sí mismos y procurando lo mejor para el otro, aplicando el Fruto del Espíritu (Gálatas 5:22,23)? Seguramente ese hogar tendría un asombroso ambiente de unidad y bendición. Si usted decide hacerlo así, nuestro Señor lo capacitará para establecer un nivel de comunicación alto y transparente. Él lo celebrará “como ejemplo para los creyentes en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12).

Es importante que practiquemos lo que del Señor y su Palabra hemos aprendido. Ponga en práctica la gracia, el perdón, y la misericordia hacia su cónyuge en todos los detalles de su matrimonio, tomémonos de las manos de Dios y perseveremos todos los días de nuestra vida que él nos permita vivir en la tierra, porque el futuro de los hijos de Dios es: una inimaginable y grandiosa eternidad en su presencia.

Jimmy Sánchez

♥ El matrimonio es diseño de Dios ♥

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